
Para que una película sea exitosa sigue una formula que no se aleja de los prototipos hollywoodenses instalados.
Un buen guion, un director eficaz, una producción que no escatime gastos y, por supuesto, la correcta elección de los actores.
Muchos de ellos rechazaron papeles que podrían haberlos consagrado. Además nos sería imposible imaginar ciertos personajes encarnados por otros actores: John Travolta pudo haber sido Forrest Gump, Annette Bening interpretar a Gatúbela, Meg Ryan pudo ser la mujer bonita de Richard Geere y Emma Thompson cruzar las piernas en “Bajos instintos”.
Aunque el final fue otro: Tom Hanks, Kathy Bates, Michelle Pfeifer, Sharon Stone y el público, agradecidos.

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